Letra:
Eran tantos los acusadores
que Isidro tenía en aquel lugar,
que a su amo iban y le decían
que a Isidro en la iglesia
le vieron entrar.
Y su amo con grande cuidado
por una ventana se puso a mirar.
Y advertía que la yunta andaba
y un ángel del cielo
hacía de gañán.
Vamos a imitar las virtudes
de un labrador santo,
su fe, su esperanza
y su gran caridad.
Labradores de este Pozoblanco,
si queréis las trojas de trigo llenar
socorredlo con una limosna
que el cielo por uno multiplicará.
Vamos a imitar las virtudes
de un labrador santo,
su fe, su esperanza
y su gran caridad.
Partituras:
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